martes, 7 de agosto de 2012

Somos la sombra de la historia





Somos el resultado de una derrota. Ahora que miro al horizonte, pienso en si alguna vez estuvimos a la misma altura que los hombres, puesto que al igual que ellos somos seres humanos. Pero analizando mi situación me doy cuenta de que hoy por hoy nos hemos dejado ganar.




Dentro de un mes me casaré con un hombre al que no amo, simplemente por el interés que mis padres tienen hacia la familia de aquel ser. Nos hemos vuelto moneda de cambio y mi virginidad hace subir el precio de la demanda. Nunca he conocido el amor y siento que ya no me será posible.







Mi madre me ha explicado lo que tengo que hacer cuando llegue ese día: "túmbate en la cama y déjate hacer, no le digas que no a nada, y sobretodo hijita mía, relájate, pues sino, te dolerá mucho más de lo que te va a doler de por sí" ¿Qué clase de ritual es aquel en el que para que halla vida en mi interior previamente tiene que haber dolor y sangre? ¿Para esto hemos nacido? Aún recuedo cuando era niña y veía llorar a mi hermana mayor el día de su boda, en su momento no podía entender qué era lo que le hacía derramar esas lágrimas, y sin embargo hoy la entiendo mejor que nunca. ¿Por qué nací mujer? Mis dos hermanos están absortos también mirando al horizonte, sin llegar siquiera a imaginar que diferentes serán nuestras vidas, sin saber que cada día que pase se irá borrando más y más esos rasgos a los que solía llamar alegría.





Recuerdo aquellos libros de historia en los que se veneraba a una diosa llamada Donis, en los que se practicaba lo que ellos llamaban Ritual de los Primeros Placeres. Los chamanes se aseguraban de que la mujer disfrutara en su primera vez, pues sino la vida no se podría enjendrar, ¿Qué nos ha pasado para llegar a este punto? Ahora da igual lo que sintamos, si lo queremos o no, sólo importa la fachada, da igual que por dentro esté vacía.





Somos las hijas de la derrota...somos la sombra de la historia.




Imagen: Hartford (1861-1942)

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